Cultivo de Yute

Para el cultivo del yute es necesario que se den una serie de condiciones: requiere de un clima cálido y húmedo. El terreno debe ser de tipo aluvial o arcillo-arenoso. Es necesario también abundante agua durante su fase de crecimiento, de ahí que necesite lugares donde las precipitaciones medias ronden los 75-100 mm.

Las semillas se suelen sembrar entre los meses de Marzo, Abril, Mayo y Junio. Antes de nada, la tierra debe ser arada y abonada. Se siembra directamente dejando espacios de 15 centímetros entre semilla y semilla. En 2 o 3 días éstas germinan pero no es hasta después de 3 o 4 meses cuando la planta florece, y es entonces, un mes después de florecer y antes de que maduren los frutos, cuando se procede a cortar los tallos a la altura del suelo. Durante todos estos meses se deshierba la planta unas dos o tres veces y se rastrilla el suelo otras tantas.

Una vez cortadas la plantas se atan en haces y se procede a su secado para posteriormente retirar las hojas y ramas. El proceso siguiente consiste en enriar los haces. Proceso en el que se separan las partes leñosas de los que son las fibras de yute a una temperatura de unos 30º. Esto suele durar unas tres semanas y es necesario que se realice correctamente ya que, en caso contrario, la fibra quedaría pegajosa, difícil de hilar y con poco brillo. Las fibras de yute tienen entre 1 y 4 metros de longitud y son de un color blancoamarillento, amarillo o castaño. Se vuelve a dejar secar la fibra y se dobla por el centro para luego comprimirla en balas que será la forma en la que estará lista para su venta.

Podemos ver como, de toda la planta del yute, tan sólo el 6% del peso de la misma es realmente fibra de yute. Se puede decir que el proceso de producción del mismo es bastante largo y requiere de abundante mano de obra ya que la extracción de la fibra es un proceso enteramente manual.

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